viernes, 23 de marzo de 2018

Grupo Penetraciones Conmovedoras de Marcos Mentado


Esperanza.

Ya no sabía qué hacer por su mujer. Desesperado, triste y muy enamorado era consciente de que nada iba a ser como antes. Él también estuvo allí, pero tenía claro que había que seguir adelante.

La desgracia ya venía implantada en aquella casita con piscina,- información que  conocían desde el minuto uno de la compra, gracias a la buena disposición de una vecina en darles la bienvenida-, Ellos no eran aprensivos, ni fácilmente sugestionables. Era la casa de sus sueños, donde podían disfrutar con su hija de tres años.
Les encantaba tomar una copa de cualquier licor o una cerveza sentados en las hamacas junto a la piscina. Mientras la niña  jugaba con su pareja de muñecos,- tenía la costumbre de dejarlos acostados allí mismo-.

Y allí seguían. Su mujer los atendía, los acunaba hasta la hora de irse a dormir.

Los dejaba, exactamente, de la misma forma en que Esperanza los colocó.

Olivia Falcón
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