Tengo un marido que no quiero. Se empeña en estar presente. Tila y pasiflorina, mis armas de combate; como no, la valeriana. Un libro, una película acuden en mi auxilio.
Imploro a mi amante sueño. Éste me rehuye y me da largas. Yo, explicablemente, enamorada. Él, veleidoso y altanero que no llega. Así el alba me sorprende, junto a un marido que no quiero.
Olivia Falcon
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