domingo, 29 de octubre de 2017

Reto: Maracas, mando a distancia, libro de arte y un manojo de hierbahuerto




El corazón le palpita al ritmo de unas maracas, lleva rato a la espera de que aparezca.
 Cuando, por fin, lo hace ve como se lleva la mano izquierda a su sien derecha rascándose con el dedo índice; no cabe en si.
De repente, escucha el vozarrón de su abuelo pidiendo hierbahuerto para la sopa.
Resignada, se lo trae y vuelve la vista hacia el libro de arte que había estado ojeando.
No averiguará si, alguna vez, llegarían a pelearse por el mando a distancia.


Olivia Falcón
Derechos Reservados®




lunes, 16 de octubre de 2017

Para los espacios de Manuel Almeida






A las criaturas alimenta el verde; atrae a la lluvia. En nuestros campos y pueblos derrumbe de las casas por el abandono.
Por contra, cada vez, crecen más los cajones donde habitamos.
Ya no es tan puro el aire.
Nos vamos acercando al mar, agua salada, sí, pero vital. Reclama esa otra agua, que nos esquiva y huye. Recuerda que La Naturaleza se aparea, copula, no sólo, en las paredes.
 Hay esperanza.

Olivia Falcón
Derechos Reservados®
 



viernes, 13 de octubre de 2017

La mancha de humedad.... y fotografía de una piedra con agujero...




 
Dos retos en uno:
La mancha de humedad en la pared empezó a tomar una forma inquietante...¿Qué era aquello?...¿Una Cara?... y fotografía con los objetos: piedra con agujero, balsa, muñecas rusa y naranja.


Se gana la vida trabajando para una empresa de trabajo temporal. Su labor es la de limpiar casas, oficinas, almacenes, es decir, un estar, del tingo y al tango todo el día.
 Hoy, precisamente, no está para mucho baile; tuvo una mala noche y se ha levantado con un descomunal dolor de cabeza, no tiene ninguna gana de aguantar las chorradas matutinas de Fermina, su compañera de fatigas laborales.
En el planning de tareas, les han dejado la nota de a dónde tienen que ir, nada menos que a una casa de las llamadas “de indianos”; por lo que pensó que se iba a partir el lomo.
Cuando llegaron a la dirección donde estaba ubicada se encontraron con una mansion antigua, pero en muy buen estado. En voz muy baja dijo:- Se nota que esta gente tiene pasta, la crisis no va con ellos y yo que no aguanto este majadero dolor.
Ella y Fermina entraron a la casa y con lo primero que se tropiezan es con un gran Vestíbulo dividido por una hermosa escalera, que lleva al piso de arriba, ya le echaría un vistazo más tarde.
No es eso, no, lo que llama su atención, sino la mancha de húmedad en la pared, que empezó a tomar una forma inquietante…¿Qué era aquello?..¿Una cara?.
Sin mediar palabra, con su compañera, se dirige a la pared y empieza a darle restregones. No estaba, ella, para soportar tonterías de espíritus o algún artilúgio camuflado, para espiarlas a ver si hacían su trabajo. Encima, tenía que tirar a la basura una bolsa que habían dejado en un rincón; contenía una maqueta de una balsa a lo Robinson Crusoe, una piedra agujereada, unas muñecas rusas y una naranja. Esos objetos, estaba claro, no iban acorde con el mobiliario. !Una pena!.

 

Olivia Falcón
Derechos Reservados

 

Reto del Club de los retos de Dácil, con las palabras: Drago, crucigrama, perenqué, Zeppelín.




 

La verdad es que no era muy amiga de hacer crucigramas pero, ese día le tocaba turno en el hospital, así que compró una revista de crucigramas y sopa de letras, lo metió en el bolso, disponiéndose a subir al acensor; le esperaba una larga vigília.
Al llegar a la habitación de su padre, después de plantarle un beso en la frente y darle el desayuno, miró por la ventana y se percató que, en el terrenito circundante había un majestuoso drago.
Lo que no esperaba era el zeppelin que sobrevolaba, en esos momentos, el edificio. Se dijo que eso era imposible, a no ser que estuvieran rodando una película de la 1ª Guerra Mundial y no le prestó mayor importancia.
Se dió media vuelta dispuesta a sentarse para intentar hacer algún ejercicio, antes que llegara el amuerzo, si no para qué la compró.
Entonces se llevó su segunda sorpresa; encontró un perenqué muy bien instalado en la pared a los pies de la cama. Soltó todo lo que llevaba en las manos, salió pitando de la estancia para pedir un cepillo a las limpiadoras. Ya con él, volvió junto a su padre, atrapó al pobre animalito soltándolo por la ventana.
El zeppelin había desaparecido mientras, el drago seguía en su sitio incolumne, testigo mudo de todo.
 
Olivia Falcón
Derechos Reservados®