A las criaturas alimenta el verde; atrae
a la lluvia. En nuestros campos y pueblos derrumbe de las casas por el abandono.
Por contra, cada vez, crecen más los
cajones donde habitamos.
Ya no es tan puro el aire.
Nos vamos acercando al mar, agua
salada, sí, pero vital. Reclama esa otra agua, que nos esquiva y huye. Recuerda
que La Naturaleza se aparea, copula, no sólo, en las paredes.
Hay esperanza.
Olivia Falcón
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