Recuperarse,
no es dar vuelta
las hojas del alma,
como hojeando
al descuido,
como negando
una realidad que lastima...
Recuperarse,
no es abandonar
el pasado
en un rincón, olvidado,
y seguir sin sufrir...
Recuperarse,
es llegar al fondo
y luego salir de él,
con las uñas con barro,
porque arañando el pozo
como si nuestras manos
fueran garras dolientes,
a nosotros mismos
nos podremos vencer...
Recuperarse...
no es recuperar algo
que hemos perdido,
algo que de afuera nuestro
en una pulseada de la vida
nos ha dejado
con los brazos vencidos...
Recuperarse...
es sostenerse por dentro,
volverse a armar
sólido y entero,
sobre el eje de nuestro ser...
Recuperarse,
para recuperar la vida misma,
para alzarnos en nuestros
propios pies,
sin miedos a ver
lo que antes negamos,
lo que nos causó espanto,
porque no nos reconocimos
en lo que vimos...
Recuperarnos es aceptarnos,
no como si fuera una palabra
de lindo sonido,
aceptarnos en verdad
como lo que somos en realidad,
y levantar las columnas
de nuestra capacidad de amar
sobre nuestra base,
sobre nosotros mismos...
Recuperarnos es sentirnos,
es vivirnos, es amarnos,
es formarnos
cuantas veces sea necesario...
Recuperarnos...
es vernos en cada criatura
que la naturaleza ha creado
y luego volvernos hacia dentro
y allí sentirnos reflajados
en cada forma,
en cada contenido,
en cada concepto...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman.
Gracias a la gentileza de Raquel.
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