lunes, 14 de noviembre de 2011

APEGOS



A veces en el transcurso de nuestras vidas
atravesamos estados de ligeros o
profundos desequilibrios,
nuestro mundo interior se tambalea.
En unas ocasiones las razones son internas
y en otras las detonantes son externas.
En nuestro proceso de maduración personal
nos vemos expuestos a diversas tesituras,
a las que más temprano que tarde
tenemos que hacer frente.
Para ello disponemos de nuestro libre albedrío.
Pero en el fondo, no es tan libre
puesto que tenemos que sopesar numerosas variantes.
Se nos plantea la disyuntiva de qué hacer
sin dañar y sin salir dañados.
Abocados a elegir u obligados a hacerlo.
Ahí radica la cuestión: ¿ qué decidir?
¿ qué vereda seguir?.
Unas veces la elección nos viene dada,
¡ no queda otra opción!; aunque
hay quién dice que siempre la hay.
Esto es muy subjetivo, pues cada individuo
tiene sus vivencias, percepciones y reacciones
diferentes.
Se dice: " pues yo en tu lugar haría esto o lo otro ".
En realidad nadie sabe a ciencia cierta como va actuar
hasta que no se encuentre en situación.
No podemos controlarlo todo
porque al final no controlamos nada.
Sólo nos cabe en nuestro libre arbitrio
contener nuestra propia reacción y determinación,
tomar el camino que creamos es mejor
para nosotros mismos
estemos equivocados o no.
Puede que no todo el mundo lo entienda o comparte
e incluso se muestre ofendido.
Es muy complicado y en la mayoría
delas circunstancias doloroso
llegar a una conclusión.
Lo único claro de todo esto
es que no se puede contentar a todo el mundo
y aún menos a la vez.
Cada cual tiene que seguir su camino;
unos permanecerán juntos,
otros se rezagarán
y en último lugar los habrá que
simplemente desaparecerán.
Todo forma parte del ir y venir de la vida,
estemos conformes o no.

Autora: Juani Falcón
Derechos Reservados®

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