Toda la vida le han gustado
los gatos, pero después de la muerte o desaparición de Simba no quiso tener ni uno más.
Ha pasado
algún tiempo y animada por amigos y familiares decidió adoptar uno. Lo fue comentando a todos aquellos que, se le ocurrió, podían ayudarla en la
adopción. No contaba con una idea clara de edad, color, raza o sexo. Así fue como Gara llegó al hogar. Rescatada de la calle, previa visita al
veterinario, en muy poco tiempo, se ha convertido en una más. Se lleva muy bien
con el miembro, de cuatro patas, más longevo de la familia. A pesar de que
nadie sabe su procedencia, la edad exacta o qué le sucedió, ha adoptado a su nueva
familia con total desparpajo.
Cuando los
amigos de dos patas van a dormir lleva a cabo su plan.
Plan que
realiza en unos pocos movimientos muy bien estudiados. Primero se hace la
remolona; lo siguiente es subirse al
comodín de la habitación, donde permanence unos minutos, transcurridos los cuales salta al suelo y camina hacia la mesita de
noche. Allí permanece por más tiempo que en el comodín. El final siempre es el
mismo.
Desde la
mesita de noche, sigilosamente, se va pasando a la cama para terminar enroscada
en el centro de la cama, en medio de sus adoptados, donde amanece.
Olivia falcon
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