Mi querido Jonás.
Aprovecho este momento de asueto para escribirte estas líneas; anhelo que cuando toques puerto ya estén allí para recibirte.
Esta mañana, al señorito Enrique Palenzuela Izaguirre y a la señorita Candelaria Gutiérrez de Soto y Martínez Orejuela se les antojó ir a bailar a la playa. ¡Con el tiempo como está!, pero qué podiamos hacer el pobre Manuel y yo sino obedecer; agarrando o agarrados a los paraguas para mantenerlos sobre sus cabezas, mientras ellos se marcaban un Zumba pa'quí y Zumba pa'llá.
¡En fin!, mi amor, los días resultan tediosos y espero con impaciencia tu regreso a la mansión de Petulandia.
Entonces, seremos tú y yo sin paraguas, sin señoritos bailando un tango sobre la dorada arena de Las Dunas de Maspalomas.
Aprovecho este momento de asueto para escribirte estas líneas; anhelo que cuando toques puerto ya estén allí para recibirte.
Esta mañana, al señorito Enrique Palenzuela Izaguirre y a la señorita Candelaria Gutiérrez de Soto y Martínez Orejuela se les antojó ir a bailar a la playa. ¡Con el tiempo como está!, pero qué podiamos hacer el pobre Manuel y yo sino obedecer; agarrando o agarrados a los paraguas para mantenerlos sobre sus cabezas, mientras ellos se marcaban un Zumba pa'quí y Zumba pa'llá.
¡En fin!, mi amor, los días resultan tediosos y espero con impaciencia tu regreso a la mansión de Petulandia.
Entonces, seremos tú y yo sin paraguas, sin señoritos bailando un tango sobre la dorada arena de Las Dunas de Maspalomas.
Olivia Falcón
Derechos Reservados®
Derechos Reservados®
No hay comentarios:
Publicar un comentario