- 1- Un libro de China para pintar en seda,
un collar de polymitas de Cuba, una piedra de los Azulejos de La Aldea y una
cajita de macarons de Francia.
- 2- Roberto, a pesar del tiempo
transcurrido, no ha conseguido borrar las manchas de sangre…
El pretendiente.
Hilda, ensimismada, pasa su rugosa mano por un libro
de China para pintar seda. Al cuello luce su sempiterno collar de polymitas de
Cuba, su regalo de bodas. Aún conserva algo de su lozanía, además de su elegancia
y carácter risueño. Junto a ella, la cajita de macarons de Francia, que le
acaba de regalar su enamorado más reciente.
Roberto está de pie, esperando a que Hilda le dé
permiso para sentarse a su lado. Lleva la mano izquierda metida en el bolsillo
de su chaqueta. Esconde una piedra de Los Azulejos de La Aldea de la que, a
pesar del tiempo transcurrido, no ha conseguido borrar las manchas de sangre.
Olivia Falcón
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